Los Heraldos Negros han cumplido un siglo. Es el primer poemario de Vallejo, se terminó de escribir en Trujillo en 1918 y llegó a las librerías en julio de 1919. Una de las razones de la demora, aunque no la principal, sería la espera del prólogo de Abraham Valdelomar que nunca apareció. En su reemplazo, se citó a la biblia: "Qui potest capere, capiat" ("quien pueda entender, que entienda"). Y en la portada se conserva el lugar y la fecha: Lima-1918. No consta el nombre del editor, pero se sabe que fue impreso en los talleres de Souza Ferreyra.

Sobre su relación con Abraham Valdelomar (quien fallece accidentalmente en 1919), debemos mencionar que el Conde de Lemos le tenía mucha admiración y respeto, y así lo manifiesta en la revista Sudamericana, donde menciona su deuda con Vallejo:

Yo no puedo detenerme a analizar a este nuevo artista. En breve publicaré sobre su obra, un estudio detenido. Basado en el conocimiento de su obra y de su alma. Hermano en el dolor y en la Belleza, hermano en Dios: Hay un tu espíritu la chispa divina de los elegidos. Eres un gran artista, un hombre sincero y bueno, un niño lleno de dolor, de tristeza, de inquietud, de sombra y de esperanza.

El semanario, Valdelomar a Vallejo Fuente: BNP

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Por su parte, Vallejo no esperó de brazos cruzados. Esta demora le permitió incorporar nuevos poemas, además de corregir algunos detalles y adaptarlos mejor a su sensibilidad estética y anímica de ese momento. 

La recepción del poemario fue inmediata, se consideró su retórica y estética. Apenas publicado se reprodujeron los comentarios de González Prada, Eguren y Valdelomar en el diario La Prensa. El juicio más sustantivo y quizás, el de mayor polémica, estuvo a cargo de Antenor Orrego, quien exalta su originalidad para responder a los detractores académicos y tradicionales de la época:

César Vallejo, como todo creador, es inclasificable. Hace versos como habla como vive. Su arte, como todo gran ante, es un símbolo de la naturaleza, una metáfora de la vida. Ve, siente, piensa y traduce directamente. Le importa un ardite la tradición.

A pesar de vivir en un contexto donde reinaba una literatura colonial en el Perú, como en casi toda Hispanoamérica; Vallejo nada contracorriente, se sale de la nobleza, del clero y la corte y traza un propio camino. Fue elogiado por muchas personalidades por su notable sensibilidad y estilo único de poesía. César Vallejo se abrió paso por el Perú y el mundo con Los Heraldos Negros, que hoy más vigentes que nunca, están de aniversario y se seguirán leyendo.

Dato:

Un ejemplar de la primera edición de Los Heraldos Negros dedicado a José María Eguren por el poeta universal César Vallejo se encuentra resguardado en los fondos de la Biblioteca Nacional del Perú. 

Los Heraldos Negros 
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LOS HERALDOS NEGROS
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Dedicado a José María Eguren